Veintiocho

Otro año transcurrido.

Empieza el periodo de reevaluación.

Estas fechas entre Julio y Octubre.

Por un lado mi cumpleaños abriendo la procesión. Por el otro, el mes de los muertos cerrándolo.

Para mí los cumpleaños son momentos para observar lo hecho, y evaluarlo. Y el fin de año se da con la fiesta a los muertos.

Sé que es trivial. Salvo la larga explicación que siempre es requerida cuando las personas preguntan al respecto de las fiestas y regalos de cumpleaños, navidad o ve tu a saber que más (porque siempre preguntan). No veo mayor afectación al mundo.

Solo es el significado personal de estas cosas. Los sentimientos que evocan. Las cosas que me siento inclinado a ser,  los estados del ser que fomentan (¿fomento en su presencia?).

Este año, Julio me trato muy mal. 

No entrare en detalles. Pero me tomo dos meses reconstruir algo con una semblanza de orden.

Ahora mismo, solo me siento crudo, austero.

He visto muchas cosas nuevas este año. Me he maravillado ante experiencias que creía imposibles. Y también he sentido profundo desamparo.

Ahora soy dolorosamente consiente de mi edad. Y empiezo a limpiar ese estante donde estaban todas las cosas que quería ser y hacer antes de los 30.

Con algo de suerte, encuentro algo que todavía este a mi alcance.

Soy consciente también de mis puntos fuertes. Pero el hecho es que mi juez siempre ha tenido una preferencia por la oscuridad.

Hoy me topo con la pregunta consecuente. Si en el pasado fallaste en producir un presente de plenitud, ¿qué haces en el presente para producir un mejor futuro?

La respuesta no está completa. Creo que nunca me había atrevido a reconocer este punto.

Pero todas las partes de ella están ahí.

Con convicción renovada, me permito fluir. El miedo al fin del mundo ya no me atiza. La locura es algo que comprendo como nunca antes. Y con esa comprensión, el miedo se disipa.

Somos seres efímeros. Aspirando a la inmortalidad.

Y existimos exclusivamente en la charla eléctrica de nuestras mentes.

Ahora y hasta nuevo aviso tengo solo un par de metas, es tiempo de usar lo construido para un mejor mañana :p

Diseñe un sistema.  Obvio solo en mi cabeza.

Necesita haber una idea llamativa inconfundible y presente que te llame a recordar los porqués de tus persecuciones.

Eso es normalmente fácil de producir.  El método que sugiero es que tomes las cosas que deseas lograr (ser,  hacer,  obtener,  producir,  sentir,  etc...)  E intentes "descomponerlas".

Entiéndase lo siguiente:

Frecuentemente nuestras cosas que hacer no son intrínsecamente lo que deseamos.  Esto es fácil de ejemplificar en el comportamiento humano.

Pregúntale al clásico hombre con problemas de ira.  El no suele desear el dejar de enojarse.  Enojarse es una válvula de escape,  una herramienta quizás, inclusive un barco del que no se puede bajar.  Pero la biología humana está hecha para hacer uso de la ira y brindar satisfacción atravez de ella.

Lo que el desea es que no lo hagan enojar,  o que su enojo logre su propósito (establecer dominancia, territorio,  ahuyentar indeseables,  obtener lo deseado al momento del enojo)  sin la tropelía de inconvenientes y consecuencias negativas que ese sendero trae.

Lo mismo es el tema de las acciones "para ser mejor persona". Las tareas clásicas de dieta y ejercicio.  O estudio y desarrollo académico/profesional etc.... Son cosas que objetiva e intrínsecamente no solemos desear.  Sino que son los senderos entendidos lo que realmente nos llama.

Creo que todos en la sociedad moderna hemos sido condicionados a los cuerpos perfectos que vemos en los medios.  Creo que desde los obesos que se jactan de serlo hasta los anoréxicos que justifican su condición, existimos todos en diferentes niveles de confusión respecto a que esperar de nuestros propios cuerpos.

Mucho del que todos tengamos en la lista de pendientes estos dos temas,  es el resultado de eso. 

Y sin embargo, así,  de ojo de buen cubero,  de las personas que he visto día a día en toda mi vida,  no creo que siquiera un 10% de la población cuente con los rasgos de salud "ideales"  y no creo que más que una fracción de menos del 1% posea (en algún momento de sus vidas)  los cuerpos perfectos que vemos en medios.  Donde de alguna manera,  estos son omnipresentes (ni los modelos mismos eh!  Photoshop).

Volvemos a la dieta y ejercicio.  No es el tema en realidad la dieta y el ejercicio.  Tanto así que la cirugía plástica es norma en ciertos países del mundo.

Lo que deseamos es lo de siempre,  respeto,  atención,  aprecio,  sexo,  reconocimiento, experiencias. Desde mi punto de vista,  vida. 

En mi caso es sencillo,  son traumas de la infancia y un terror a ser obeso, más tarde fue expandido por el éxito de mi delgadez con las chicas en la prepa. Y no es sino reciente que se ha complementado con la conciencia de la aptitud física. 

Para mi es autovalidación,  sexualidad,  y buscar expandir mi capacidad física,  tener conciencia de mis límites y empujarlos.

Y con esto,  deja de ser trivial pensar en calorías y tiempos,  en ejercicios y actividades.  El esfuerzo el cansancio y el sudor son revalorizados.

Entonces se toma esta idea,  se escribe o se coloca en una herramienta simbólica y se coloca sobre una lista de elementos pequeños que de una u otra forma contribuyan a conseguir el objetivo.

Todas las ideas de actividades que conducen al objetivo.  Piensa en los requerimientos previos y posteriores a esos elementos y con ello valúa la posibilidad de ser ejecutados. 

Hacer nódulos pequeños calculando,  costos, esfuerzo y tiempo. Así,  la planeación que pongas en un dado momento,  no queda a merced de la memoria o el humor.

Y listo.  Con esta primera meta,  y estas partículas.  La próxima vez que estés en un momento inconexo,  que tengas que esperar una cantidad determinada de tiempo,  que estés aburrido,  que te acuerdes,  etc...

Acércate a tu lista/altar y ve si hay algo que puedas hacer ahora. 

Y hazlo.