Es el hambre de contenido lo que nos lleva a pasar incontables horas en linea, antes nos mantenía pegados a la televisión o el medio favorito de difusión, en algún momento lo fueron los libros y el que buscaba contenido para saciar su hambre era indistinguible del que leía con un fin mas allá de ello.
Dicen que nuestro cerebro nos recompensa por aprender cosas, no es necesario que sean cosas verdaderas, útiles o trascendentes. La forma en que esto llego a ser es fácil de intuir, cuando no existía el contenido ocioso, fueron victoriosos los que encontraron un impulso constante por conocer.
Ahora el grueso de nuestra lectura y nuestra asimilación se da por esta vía, y su presencia se sentirá cada vez mas.
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