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La claridad conlleva un peso considerable

Me encuentro en un estado silencioso, sin cuestionamientos.

Puedo elaborar en los temas que se me aproximen y puedo ejercer mas control sobre de mi y de mi entorno de lo que jamas habia podido antes.

Me siento peligrosamente libre, veo lo que antes consideraba sagrado como un debil soporte para no caer en excesos o atrocidades. Pero su validez esta rota en este nuevo panorama, no me siento constriñido por lineamientos morales, y sin embargo actuo con mas energia en la persecución de lo que considero deseable.

La perdida de la moral, y de la duda, me han hecho bueno.

Me gusta sentir como mis movimientos provocan reacciones, me gusta sentir el aprecio, la funcionalidad intrinseca a reconocer las reglas del juego y poder predecir la caida de las piezas en su lugar adecuado.

Pero no todos los aspectos que me relevan estan en panoramas favorables, uno de los mas importantes es fragil y se desliza hacia el umbral donde no hay retorno, el desencanto de las formas y del fondo.

Tengo esta costumbre que atrae mi actuación y expresión hacia lo positivo. Me es extremadamente dificil participar en esquemas de daño o malestar. Los evito a toda costa.

Y ahora me encuentro, otra vez, a la espera de la determinación de alguien mas, atento a sus desiciónes y anhelante de un desenlace en particular.

Desde el principio vi el peligro implicito de la indeterminación, ahora, la elección impostergable ha sido hecha y yo no fui elegido. La pregunta es; ¿Sabiendo esto, decidire permanecer?.

Ahora mismo estoy esperando, procuro concentrarme en el amplio espectro de cosas que tienen que ser independientemente de el desenlace de esta historia, y la claridad me da la templanza que hace falta para esto.

Ahora entiendo a los creyentes, y me siento afortunado, antes no hubiese sospechado la forma y modo en que encompasa el sentir la "certeza" de lo que es y lo que no es.

Pronto cumplire 25 años, y aunque esta epifania fue singularmente gratuita y espontanea, me parece un buen punto de referencia en el continuo y aveces indistinguible progreso de la vida.

Ninguna novedad, no en el gran cuadro, solo el puente entre el vacio, y la vida tal cual la conocemos. La comprensión y la aceptación implicita de la incongruencia del concepto de verdad. El abandono de la admisión de la posibilidad de la misma.

En el instante de conciencia posterior al presente, la realidad se presenta, se entrega a nosotros, y permite que hagamos lo que queramos con ella.